sábado, 6 de septiembre de 2014

Hiperactividad: Causas, Consecuencia y tratamiento

 

Indicadores de hiperactividad en los distintos momentos evolutivos

  • 0 a 2 años: Descargas mío clónicas durante el sueño, problemas en el ritmo del sueño y durante la comida, periodos cortos de sueño y despertar sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales, reactividad elevada a los estímulos auditivos, irritabilidad.
  • 2 a 4 años: Inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora excesiva, escasa conciencia de peligro, a causa de esto están más propensos a sufrir accidentes.
  • 4 a 5 años: Problemas de adaptación social, desobediencia y dificultades en el seguimiento de normas.
  • A  partir de los 6 años: Impulsividad, déficit de atención, fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.

Causas

La causa de la hiperactividad es orgánica. Se trata de una deficiencia desde el punto de vista de los elementos neurotransmisores (principalmente la dopamina) que provoca una disminución de la velocidad de una zona del cerebro (el lóbulo central), responsable del control de ciertos comportamientos. Esta deficiencia es a menudo hereditaria (en el 95% de los casos) y está presente desde el nacimiento, aunque no se aprecie claramente hasta los 4 o 5 años.  El 35% de los padres y el 17% de las madres de niños hiperactivos lo son también y hay muchas probabilidades de que algún tío, tía o primo lo sean también.  En sus últimos estudios, los investigadores, han demostrado que menos del 5% de los hiperactivos lo son como consecuencia de una lesión adquirida, a causa de una falta de oxigeno en el nacimiento.  En la realización del diagnóstico, el electroencefalograma, descarta o confirma la epilepsia, que se da a veces entre los hiperactivos.   La hiperactividad no tiene signos físicos claros que puedan verse por rayos X o en el test de laboratorio. Aunque el niño no muestre lesiones adquiridas en el cerebro, no existe seguridad de que no sea un niño hiperactivo. La hiperactividad Infantil es bastante frecuente, se calcula que afecta aproximadamente a un 3% de los niños menores de 7 años y es más común en niños que en niñas (hay 4 niños con hiperactividad por una niña con esta misma conducta). En el año 1914 el doctor Tredgold argumento que podría ser causado por una disfunción cerebral mínima, una encefalitis letárgica en la cual queda afectada el área del comportamiento, de ahí la consecuente explosiva actividad voluntaria y la incapacidad de estarse quietos. Posteriormente en 1937 Bradley descubre efectos terapéuticos de las anfetaminas en los niños hiperactivos. Basándose en la teoría anterior les administraba medicamentos estimulantes para el cerebro y se observaba una mejoría de los síntomas.

Consecuencias en la familia

Los padres suelen definir a un hijo con hiperactividad como inmaduro y maleducado. Sus comportamientos generan conflictos en la familia, desaprobación y rechazo. Son irritantes y frustrantes en cuanto al éxito educativo de los padres y algunos niños tienden al aislamiento social. Este trastorno ya se detecta antes de los 7 años y unos tienen síntomas más graves que otros. Una cosa que hay que tener en cuenta, es que si los padres retan exageradamente al niño hiperactivo, pueden estar fomentando un déficit de autoestima por su parte (sobretodo si lo critican por todo lo que hace) y realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien, ya que verá que siempre lo acaban retando haga lo que haga.

Tratamiento

El tratamiento depende de cada caso individual.  En la actualidad, podemos disponer de tres modalidades para ayudar al niño: la farmacológica, la psicológica y la educativa.

Farmacológica:

El tratamiento que se sigue para estos niños es, en su mejor caso, el uso de los medicamentos. El principal fármaco que se utiliza es el METILFENIDATO. Sus efectos inmediatos son un aumento de la capacidad de atención y concentración y una reducción de la hiperactividad y la movilidad del niño, debido a que a través de ese agente externo se estimula al cerebro para que alcance los niveles de activación necesarios para un correcto mantenimiento de la atención. Como efectos secundarios, en algunos casos se produce una falta de apetito y de sueño. Sin embargo, dichos efectos duran poco tiempo: se elimina por la orina en unas cuantas horas y, es preciso volver a tomar otra pastilla. Por lo general, se toma una pastilla al levantarse y otra a medio día para que el efecto sea máximo en el momento en que el niño acude a la escuela, pero depende de la prescripción médica que se realiza en función de la edad del niño, la gravedad de sus problemas. Normalmente es adecuado medicar al niño después de los 5 años. Antes de esta edad no se puede medicar porque es difícil diagnosticar en el niño el déficit de atención, ya que está desarrollando su capacidad atencional y está en un período de exploración y manipulación, lo que hace difícil discriminar entre lo que es su comportamiento normal y el que no lo es. Depende de la evolución que tenga el niño, se puede recomendar que se retire definitivamente o que se retome en períodos concretos. Por lo general, a partir de los 12 años no se hace necesaria.

Psicológica:

Este tratamiento esta destinado a mejorar el ambiente familiar con intervenciones psicológicas de distintos tipos y que facilitan el tratamiento de estos niños, estas son:
 
La terapia cognitiva-conductista: Ayuda a personas a trabajar asuntos más inmediatos. La terapia los apoya directamente en cuanto a cambiar su comportamiento. El apoyo puede ser asistencia práctica, tal como ayudar a aprender a pensar cada tarea y organizar su trabajo o fomentar nuevos comportamientos dando elogios o premios cada vez que la persona actúa de la forma deseada. Un terapeuta cognitivo-conductista puede usar tales técnicas para ayudar a un niño impulsivo a pensar antes de hablar.
 
El adiestramiento en cuanto a destrezas sociales: Puede ayudar a niños a aprender nuevos comportamientos. En el adiestramiento de destrezas sociales, el terapeuta habla y muestra comportamientos apropiados tales como esperar el turno, compartir juguetes, pedir ayuda o responder a burlas, y luego le da la oportunidad al niño de practicar. Por ejemplo, un niño puede aprender a "leer" las expresiones faciales y el tono de voz de otras personas para poder responder más apropiadamente. El adiestramiento de destrezas sociales ayuda a aprender a participar en actividades de grupo, a hacer comentarios apropiados y a pedir ayuda. Un niño puede aprender a ver cómo su comportamiento afecta a otros y a desarrollar nuevas maneras de responder cuando está enojado o lo empujan.
 
Los grupos de apoyo: Conectan personas con inquietudes en común. Muchos adultos y padres de niños afectados pueden encontrar que es útil unirse a un grupo local o nacional de apoyo de este trastorno. Los miembros de los grupos de apoyo comparten frustraciones y éxitos, recomendaciones de especialistas calificados, información acerca de qué funciona, así como esperanzas en sí mismos y en sus hijos. El compartir experiencias con otros que tienen problemas similares ayuda a personas a saber que no están solas.
 
El adiestramiento en destrezas en cuanto al cuidado de hijos: Ofrecido por terapeutas o en clases especiales, les da a los padres las herramientas y técnicas para manejar el comportamiento del hijo. Una de estas técnicas es separar el niño del resto por un corto tiempo cuando el niño se vuelve ingobernable o fuera de control. Durante los tiempos en que esta separado del resto de los niños, se saca el niño de la situación inquietante y se sienta solo y quieto por un rato hasta calmarse.

Educativa:

Una manera efectiva de modificar el comportamiento de un niño es a través de la ayuda educativa regida por premios, castigos y economía de fichas.Premios: Para un niño un premio es algo agradable que desea alcanzar, de tal modo que hará lo que sea por conseguirlo. Las actividades que más le gustan al niño y que habitualmente suele realizar, como pueden ser jugar con sus juguetes, ver la televisión o ir al cine con sus primos pueden entenderse y emplearse como un premio. En definitiva debe ser algo que el niño quiere y que tiene ganas de conseguir. Así pues el niño recibirá un premio cada vez que cumpla con la tarea deseada.
 
Castigo: Los castigos implican privar al niño de algo que le agrada o forzarle a hacer algo desagradable. Puede resultar eficaz a veces, pero no siempre elimina las conductas inapropiadas en el niño hiperactivo. El castigo puede ser útil para controlar ciertas conductas temporales, pero a largo plazo carece de eficacia. Si la conducta es indeseable el castigo más eficaz es ignorarla. Siempre y cuando la conducta no sea peligrosa.
 
Economía de fichas: Esta técnica consiste en dar puntos negativos o positivos en función de si se cumple o no cierta conducta. Cada punto negativo elimina el valor del punto positivo. El número total de puntos se canjea por distintos premios. La lista con las conductas "objetivo" tienen que estar a la vista del niño, así como los puntos conseguidos. Se recomienda utilizar con niños mayores de 3 años.

Investigación Práctica

En el trabajo práctico, quise realizar una entrevista a una madre de un joven que sufrió de Hiperactividad, para así saber como era el joven cuando niño, como reacciono ella como madre, de que manera influyo este problema en su familia y de que manera se fue él desarrollando mientras crecía. Además quise saber el tratamiento que siguió, donde acudió cuando supo que su hijo era hiperactivo y que consecuencias le a traído hoy este síndrome al joven.
También quise saber si lo que investigue en la parte teórica coincide con lo que se vive en la realidad.

Conclusiones

Hay muchos niños hiperactivos en el mundo, y que uno puede comenzar a notar este trastorno desde muy temprana edad, ya que cuando son bebes tienen problemas en el ritmo del sueño y con las comidas. Además me di cuenta de que lo que dice la información pasa en la vida real, ya que los niños en verdad tienen problemas al estar tranquilos, tienen dificultad al aprender, y son excesivamente activos. También los padres sufren con este déficit, ya que para ellos es muy difícil aceptar que hay un problema y que deben solucionarlo, ellos no saben bien que hacer y retan excesivamente a sus hijos, sin saber que eso no soluciona problemas, si no que en cierto modo los empeora.
 
 
Terapia para niños con Hiperactividad
 
 
 

Niños Hiperactivos


 
HIPERACTIVIDAD EN LOS NIÑOS



¿Qué es la hiperactividad?
Es un trastorno de la conducta en los niños, se describió por primera vez en 1902 por Still. Se trata de niños que desarrollan una intensa actividad motora, que se mueven continuamente, sin que toda esta actividad tenga un propósito. Van de un lado para otro, pudiendo comenzar una tarea, pero que rápidamente abandonan para iniciar otra que a su vez vuelven a dejar sin terminar.

Características Generales

Atención:

Lo que más caracteriza al niño hiperactivo es su falta de atención cercana a detalles. La distracción más vulnerable es a los estímulos del contexto ambiental. En casa tienen dificultades para seguir las reglas que se le marcan para organizarse y parece que no escuchan cuando se les habla. En el Jardín Infantil cometen errores por no fijarse en los trabajos o en las diferentes actividades. Con frecuencia saltan de una tarea a otra sin terminarla, ya que evitan situaciones que implican un nivel constante de esfuerzo mental.

Impulsividad:

 Con frecuencia actúa de forma inmediata sin pensar en las consecuencias. Está inquieto con las manos o los pies y no puede sentarse quieto. Está activo en situaciones en que es inapropiado. Habla de forma excesiva, responde antes de que la otra persona termine, tiene dificultad para esperar su turno y frecuentemente interrumpe.

Excesiva actividad motora:

Lo más característico de estos niños es la excesiva actividad motora. Siempre están en continuo movimiento, corren, saltan por la calle, nunca quieren ir cogidos de la mano. Su excesivo movimiento no persigue ningún objetivo, carece de finalidad.

Comportamiento:

Su comportamiento es imprevisible, inmaduro, inapropiado para su edad. No son malos pero sí que son traviesos. Se muestran violentos y agresivos verbal y físicamente. Con frecuencia mienten y cometen hurtos.

Aprendizaje:

La mayoría de los niños hiperactivos presentan dificultades en el aprendizaje. El 40 ó 50% de los niños hiperactivos tienen un bajo rendimiento escolar. Tienen dificultades perceptivas, con lo cual no diferencian bien entre letras y líneas y tienen poca capacidad para estructurar la información que recibe a través de los distintos sentidos.

Desobediencia:

Al niño hiperactivo le cuesta seguir las directrices que se le marcan en casa. El niño hace lo contrario de lo que se dice o pide. Sus padres tienen especial dificultad para educarles en adquirir patrones de conducta (hábitos de higiene, cortesía...).

Estabilidad emocional:

Presentan cambios bruscos de humor y no aceptan perder, por lo que no asumen sus propios fracasos.



¿CÓMO SABER SI TU NIÑO ES HIPERACTIVO?


sábado, 21 de junio de 2014

LA ESCUCHA ACTIVA

 ESCUCHA ACTIVA ENTRE PADRES E HIJOS
 
Hay una serios de aspectos que son necesarios saber para comprender la Escucha Activa, entre ellos:

a) Lo emocional frente a lo racional:
 
 • Hay dos aspectos psicológicos en el ser humano:
 
– Nuestra parte RACIONAL: conjunto de ideas, pensamientos, creencias, conocimientos, etc.
– Nuestra parte EMOCIONAL: conjunto de sensaciones, sentimientos y emociones.
 
• La Escucha Activa atiende primero a la parte emocional del mensaje, posteriormente lo escuchado se racionaliza. La Escucha Activa atiende a la parte emocional del que habla.
Con los siguientes ejemplos se puede captar la forma activa de escuchar.

Ejemplo 1.- Un niño/a llega a casa de la escuela diciendo: “Odio la escuela, no voy a ir más”. La reacción típica de los padres suele ser: “¡Cómo, que dices! Cómo que no quieres ir, a la escuela vas aunque te tenga que llevar yo. Es por tu bien”. (Aquí los padres han racionalizado el mensaje del hijo/a. Su respuesta es racional). La reacción desde la Escucha Activa podría ser: “Parece que hoy has tenido un día malo en la escuela, ¿no es cierto, hijo/a?, cuenta, ¿qué ha ocurrido?” (Aquí los padres “escuchan” el mensaje emocional del hijo/a y responden emocionalmente). A partir de aquí se puede seguir escuchando lo que se va exponiendo y haciéndole frente.

Ejemplo 2.- Un niño/a les comenta a sus padres: “Me han castigado hoy en la escuela”. Una reacción frecuente en los padres suele ser: “¿Qué es lo que hiciste tú?”; o esta otra: “Probablemente te lo merecías”. (Respuesta racional). La reacción desde la Escucha Activa podría haber sido: “Me imagino que te sentirías mal, ¿quieres contarme lo que ocurrió?”. (Reacción emocional). A partir de aquí se puede seguir escuchando lo que se va exponiendo y haciéndole frente. Podemos DEFINIR la Escucha Activa como la forma de escuchar en la que el receptor (el que escucha) trata de entender lo que siente el transmisor (el que habla), o lo que significa el mensaje. Posteriormente expresa con palabras lo que comprendió y lo transmite para que el transmisor lo verifique. El receptor no manda un mensaje propio, como sería el caso de una evaluación, opinión, consejo, reproche, análisis, etc., sino que transmite lo que piensa que significa el mensaje del otro.
 
b) La forma y las actitudes de la Escucha Activa
 
Resumimos algunos aspectos de la forma y las actitudes que hay que tener para escuchar activamente al otro:
Actitudes necesarias para utilizar la Escucha Activa Para llevar a cabo la escucha activa deben estar presentes ciertas actitudes básicas. Sin ellas, usted no será un buen escucha.
La forma activa de escuchar:
 
• Ayuda a que los niños tengan menos miedo de sus sentimientos negativos.
• Promueve una relación cálida entre padres e hijos.
• Facilita que el niño resuelva sus problemas.
• Influye para que el niño sienta más deseo de escuchar las ideas y pensamientos de sus  padres.
• Hace que “el niño sea el que habla”.

Actitudes básicas:   
 
• Debe desear escuchar lo que el niño tiene que decir.
• Debe desear ser de ayuda para él para resolver ese problema en particular.
• Debe poder aceptar sus sentimientos.
• Debe tener una profunda confianza en la capacidad del niño para manejar sus sentimientos, para trabajar en ellos y para encontrar soluciones a sus problemas.
• Debe estar consciente de que los sentimientos son transitorios.
• Debe poder ver al niño como alguien aparte de usted.
• Debe tener una gran capacidad de paciencia.
 
 
 
 
 
 

sábado, 3 de mayo de 2014

Hacer las cosas por si mismos


 Enseñar a los niños a hacer las cosas por sí mismos

 Cuando los padres creen que deben hacerlo todo por sus hijos tal vez los niños no aprendan a ser responsables por sí mismos. Los buenos padres son aquellos que hacen menos cosas por sus hijos, dejándoles asumir responsabilidades a ellos. Los niños, por ejemplo, tienen que aprender a ser responsables y constantes desde pequeños, poco a poco.
Es una tarea de los padres del día a día que tienen que iniciarse desde bien temprano: hay que enseñar a los niños a desarrollar sus capacidades y sus habilidades sociales. Es difícil saber lo competente que es un niño. A veces nos movemos en contradicciones y los tratamos como si fueran incapaces y otras esperamos que entiendan cosas que apenas entendemos nosotros.
 
Es difícil determinar el nivel de habilidad de un niño en cualquier etapa de su desarrollo a causa de su comportamiento discontinuo y a veces incomprensible. Además, éste viene influido por las actitudes paternas, que oscurecen la capacidad real del niño. El resultado es que los niños a los que se les hace sentirse incompetentes creen que sus padres dudan de sus aptitudes, lo cual les lleva a ellos mismos a dudar de su propia capacidad, lo que puede afectar a su autoestima. Es importante la actitud que los padres tengan respecto a sus hijos, puesto que puede determinar la relación que tenga con el hijo e influir en su desarrollo como persona.
 
Presuponer que los hijos son capaces no significa que deban conseguir todo lo que se proponen. Esto es imposible, pero es muy importante aprender de los errores. Conviene recordar que también aprendemos por ensayo y error. Los padres que crean que sus hijos pueden aprender de sus propios errores acabarán convenciéndoles, antes o después, lo cual les será muy útil en su vida de adultos. Hacer por los niños cosas que ellos son capaces de hacer por sí mismos sin obtener nada a cambio conduce a la culpa y al resentimiento. en una relación. Pedir algo a cambio no significa que se sea un padre egoísta. Al contrario, se está mostrando al niño que así funciona el mundo real. Ser padre/madre es un papel temporal que se desempeña durante un período determinado de la vida. Debemos asegurarnos de que no se convierta en una tarea permanente y tan ardua que nos haga olvidar, y nos impida hacer, el resto de cosas que conforman nuestra existencia y nuestros deseos y necesidades.